Mi hij@ tiene rabietas por todo: ¿Qué hago?

Las rabietas infantiles pueden convertir cualquier día en un desafío de resistencia emocional. Un «no» puede desatar una tormenta de gritos, llanto y dramatismo digno de un premio Oscar. Si te has preguntado alguna vez «¿Por qué mi hijo hace rabietas por todo?», respira hondo: no estás solo.

Las rabietas no son un signo de mala crianza ni de que tu hijo quiere manipularte. Son parte normal del desarrollo infantil y, aunque no lo parezca, son una oportunidad para enseñarles a gestionar sus emociones. En este artículo, exploraremos por qué ocurren las rabietas, cómo responder sin perder la paciencia y estrategias efectivas para prevenirlas.

«Dicen que las rabietas terminan con la infancia… pero luego llegan la adolescencia y las discusiones por el WiFi.»

Ayuda rabietas

¿Por qué los niños tienen rabietas?

Las rabietas ocurren cuando un niño siente una emoción intensa y no sabe cómo manejarla. Esto es completamente normal en los primeros años de vida porque su cerebro aún está desarrollando la capacidad de autorregulación.

📌 Principales razones por las que ocurren:

Falta de lenguaje para expresar lo que sienten.
Necesidad de autonomía y frustración cuando no logran algo.
Cansancio, hambre o sobrecarga sensorial.
Límites o cambios inesperados que no pueden procesar.
Búsqueda de conexión o atención de los padres.

💡 Ejemplo:
Imagina que has tenido un día estresante y alguien te dice «relájate». Probablemente te enojes aún más, ¿verdad? Bueno, para un niño, una rabieta es como ese sentimiento multiplicado por 100. 

Qué hacer cuando una rabieta ya ha empezado

Cuando la rabieta está en pleno apogeo, lo peor que podemos hacer es sumarnos al caos. Aquí tienes algunos pasos clave para manejarla con éxito:

1. Mantén la calma (aunque sea difícil)

Si tú pierdes la paciencia, el niño solo verá más estrés a su alrededor. Respira hondo y recuerda que la rabieta no es contra ti.

👉 Frase útil: «Estoy aquí para ayudarte a calmarte cuando estés listo.»

2. Valida su emoción (sin reforzar el comportamiento)

No ignores lo que siente tu hijo, pero tampoco cedas ante una demanda irracional solo para calmarlo.

Ejemplo de validación correcta:

  • «Veo que estás molesto porque querías más galletas.»
  • «Entiendo que estás frustrado porque querías seguir jugando.»

Ejemplo de invalidación:

  • «No llores, no es para tanto.»
  • «Eso no es razón para estar enojado.»

💡 Recuerda: Validar la emoción no significa aceptar el comportamiento.

3. Usa pocas palabras y un tono tranquilo

Cuando un niño está en plena rabieta, no puede procesar discursos largos. Usa frases cortas y claras.

👉 Ejemplo:
En lugar de decir: «¡Cuántas veces te tengo que decir que no grites en la tienda!», prueba con «Respiremos juntos. Estoy aquí para ayudarte a calmarte.»

4. No uses castigos ni amenazas

Decir «Si sigues llorando, te voy a castigar» solo aumenta la frustración del niño. En su lugar, ofrécele herramientas para calmarse.

🟢 Alternativas:

  • «¿Quieres un abrazo para sentirte mejor?»
  • «Vamos a respirar juntos.»
  • «Cuando estés más calmado, hablamos de esto.»

5. Da espacio si lo necesita

Algunos niños prefieren estar solos para calmarse. Puedes decirle: «Voy a estar aquí cerca si me necesitas» y dejar que se tranquilice a su ritmo.

Cómo prevenir las rabietas antes de que ocurran

Las rabietas no siempre pueden evitarse, pero hay formas de reducir su frecuencia.

1. Enséñale palabras para expresar sus emociones

📌 Si los niños no saben cómo expresar lo que sienten, lo harán con llanto o gritos. Ayúdales con frases como:

🟢 «Estoy enojado porque…»
🟢 «Estoy frustrado porque…»
🟢 «Me siento triste porque…»

💡 Ejemplo práctico:
Si tu hijo se frustra porque no logra armar un rompecabezas, en lugar de decir «No pasa nada», di «Veo que te frustra que la pieza no encaje. ¿Quieres que lo intentemos juntos?»

2. Anticípale los cambios

Los niños necesitan tiempo para procesar lo que viene. Avisar con anticipación evita rabietas por cambios repentinos.

Ejemplo:
En lugar de «Apaga la tele ahora», prueba con «En cinco minutos apagamos la tele y vamos a cenar».

3. Ofrece opciones en lugar de órdenes

A los niños les encanta sentir que tienen control sobre su vida. Darles opciones los hace más cooperativos.

Ejemplo:
❌ «¡Ponte los zapatos ya!»
🟢 «¿Quieres ponerte los zapatos rojos o los azules?»

💡 Sentir que tienen un poco de control puede reducir muchas peleas innecesarias.

4. Refuerza las conductas positivas

En lugar de enfocarte en las rabietas, reconoce los momentos en que tu hijo maneja bien sus emociones.

Ejemplo: «Me encantó cómo pediste ayuda en lugar de enojarte. ¡Buen trabajo!»

📌 Truco infalible: Cuanto más refuerzas los buenos momentos, menos necesitará llamar la atención con rabietas.

¿Cuándo preocuparse?

Las rabietas son normales en la infancia, pero en algunos casos pueden ser señales de que algo más está ocurriendo.

📌 Consulta con un especialista si:
✅ Las rabietas son extremadamente frecuentes y duran más de 30 minutos.
✅ El niño se lastima a sí mismo o a otros durante la rabieta.
✅ No parece calmarse con ninguna estrategia.

 

Conclusión

Las rabietas no son más que una fase en el desarrollo de los niños. No son un ataque personal ni un intento de manipulación: son una forma de expresar emociones cuando aún no saben cómo hacerlo mejor.

Con paciencia, empatía y estrategias adecuadas, puedes ayudar a tu hijo a aprender a manejar sus emociones de manera saludable. Y recuerda: ningún padre es perfecto, lo importante es intentarlo cada día.

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