Mi hij@ pega: ¿Qué hago? Estrategias respetuosas que Sí funcionan

Cuando un niñ@ pega, los padres pueden sentirse frustrados, preocupados o incluso avergonzados. Es un comportamiento desafiante, pero no significa que el niño sea agresivo o malintencionado. En este artículo, exploramos por qué los niños golpean y qué estrategias respetuosas puedes aplicar para guiar su conducta sin castigos ni etiquetas negativas.

“Criar sin gritos ni castigos no es fácil… pero al menos así no terminas discutiendo con un niño de tres años sobre quién empezó.”

mi hijo pega

¿Por qué mi hij@ pega?

Es importante entender que pegar no es un acto de maldad ni de falta de respeto. Los niños golpean porque están aprendiendo a manejar sus emociones y su entorno. Algunas razones comunes incluyen:
Frustración: Cuando no saben cómo expresar lo que sienten.
Necesidad de atención: Buscan una reacción de los adultos o de otros niños.
Falta de habilidades de comunicación: Especialmente en niños pequeños que aún no dominan el lenguaje.
Imitación: Copian comportamientos que han visto en casa, la escuela o en la televisión.
Impulsividad: Su cerebro aún está en desarrollo y no siempre controlan sus reacciones.
Autodefensa: Si sienten que otro niño los amenaza o les quita algo, pueden reaccionar pegando.

Errores comunes al reaccionar cuando un niño pega

Cuando un niño golpea, la primera reacción de muchos adultos es gritar, castigar o etiquetar al niño como “agresivo” o “malo”. Sin embargo, esto puede empeorar el problema. Algunos errores comunes incluyen:
Castigar sin explicar: “¡Vete a tu cuarto por pegar!” no enseña una alternativa de conducta.
Responder con agresión: Decir “Si pegas, te voy a pegar” refuerza el mismo comportamiento que queremos evitar.
Avergonzarlo en público: Esto genera más frustración y no ayuda a cambiar su actitud.
Ignorar la situación: El niño necesita aprender a gestionar sus emociones, no a reprimirlas.
No validar sus sentimientos: Frases como “No pasa nada” o “Eso no es para tanto” minimizan su experiencia.

Estrategias respetuosas para ayudar a tu hijo a dejar de pegar

En lugar de castigar, es más efectivo enseñarle a manejar sus emociones y darle herramientas para reaccionar de otra manera. Aquí algunas estrategias que sí funcionan:
Mantén la calma y regula tus propias emociones: Los niños aprenden con el ejemplo. Si respondes con gritos o enojo, estarás reforzando una reacción impulsiva.
Ayúdalo a poner nombre a sus emociones: “Veo que estás muy enojado. ¿Quieres que hablemos de lo que pasó?”
Enséñale alternativas a la agresión: Puedes decirle: “Cuando te sientas enojado, en lugar de pegar, puedes respirar profundo y decirme lo que pasa”.
Refuerza los momentos en los que usa soluciones pacíficas: “Me gustó cómo le pediste el juguete en lugar de quitárselo. Eso es ser un buen amigo.”
Establece límites claros y consistentes: “No está bien pegar. En esta casa nos tratamos con respeto.”
Ofrece una salida segura para la frustración: Proporciónale alternativas como apretar una pelota anti-estrés o darle espacio para calmarse.
Dale tiempo para calmarse antes de hablar: Un niño alterado no va a razonar en el momento. Espera a que se tranquilice antes de explicarle lo que pasó.
Fomenta la empatía: Pregunta: “¿Cómo crees que se sintió tu amigo cuando lo golpeaste? ¿Cómo podríamos solucionarlo?”
Refuerza con cuentos y juegos: Los niños aprenden mejor a través de historias. Busca cuentos sobre emociones y resolución de conflictos.

Ejemplo práctico de cómo reaccionar cuando tu hijo pega

Ejemplo incorrecto:
Tu hij@ pega a su hermano, y tú le gritas: “¡Otra vez pegando! ¡Si vuelves a hacerlo, te quedarás sin televisión!”

Ejemplo correcto:
Te agachas a su altura y dices con voz calmada: “No está bien pegar. Vamos a respirar juntos y luego me cuentas qué pasó.”
Esta segunda opción le enseña a gestionar la frustración sin que se sienta atacado o avergonzado.

Cómo actuar si el problema persiste

Si después de aplicar estas estrategias tu hijo sigue pegando con frecuencia, considera estos pasos:
Revisa su entorno: ¿Está expuesto a modelos de conducta agresivos? ¿Tiene suficiente espacio para moverse y liberar energía?
Observa su estado emocional: El cansancio, el hambre o el estrés pueden aumentar la agresividad.
Analiza si está recibiendo suficiente atención positiva: A veces, los niños pegan porque es la única manera en la que logran que los adultos les presten atención.
Consulta con un especialista si es necesario: Si el comportamiento persiste y afecta su desarrollo social, un psicólogo infantil puede ayudar a identificar la raíz del problema.

Conclusión

Pegar no define a un niño. Es una fase en su desarrollo que se puede gestionar con paciencia, límites claros y herramientas de regulación emocional. En lugar de etiquetar o castigar, podemos enseñarle formas efectivas de expresar sus emociones y resolver conflictos de manera respetuosa. La clave está en ser su guía, no su juez.

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